Desde muy antiguo, el ser humano ha usado aquello que tenía al alcance para construir cabañas y refugios. Ya sea para resguardarse de las inclemencias del tiempo o para conseguir una habitación más caliente, el uso de piedras, ramas y hojas han terminado aconteciendo las paredes, vigas y tejados de estas cabañas.
Hoy en día continuamos usando estos materiales en la construcción y a pesar de que las tejas de arcilla o pizarra son las más empleadas, seguimos encontrando construcciones donde el reino vegetal provee del material necesario para resguardarnos de la lluvia y el sol.
Queremos presentaros en un inicio la especie Thamnochortus spiciger (Thunb.) Spreng. proveniente de Sur África, concretamente del oeste del cabo de Buena Esperanza. Las casas y cabañas tradicionales de esta zona son construidas con techos de Thamnochortus spiciger (llamada “olifantsriet” o “dekriet” en afrikáans). En el Jardín Botánico Marimurtra podréis encontrar esta especie en el tercer jardín, justo delante del acantilado, en la zona de la vegetación del Fynbos.
En Cataluña, tradicionalmente también hemos empleado otras especies para construir tejados y casas, como sería el caso del carrizo (Phragmites australis) en la construcción de las barracas de los campos de arroz delta del Ebro, o de la brecina (Calluna vulgaris) y varias especies de brezos (Erica sp.) en el caso de las cabañas y refugios de montaña construidos en todo la península Ibérica.
Al visitar otros países, encontramos también el uso de estos materiales en la construcción de tejados, como sería el caso de los cottage ingleses donde emplean diferentes plantas en su construcción como el carrizo, la espadaña (Typha sp.) o el centeno (Secale cereale) entre otros; las palmeras también son muy usadas como la especie Arenga pinnata en los techos de las Torres de Meru en Bali u otras especies de palmeras en construcciones de Vietnam, Hawái o Cuba.
Como curiosidad, terminamos con unos tejados curiosos construidos con algas en la isla danesa de Læsø:
